Entrenar con Tapa Boca
Deporte con Tapa Boca
En estos tiempos
difíciles que estamos transitando la desinformación y la falta de una
planificación estratégica va a provocar mas problemas que el mismísimo virus
chino. En estas pocas líneas intentamos transmitir un poco de información con
el objetivo de crear un poco de conciencia en Nuestra comunidad.
La actividad física es una de las fuerzas más poderosas para
mantener la buena salud. Al mejorar el
funcionamiento de numerosos sistemas fisiológicos, la actividad física ayuda a
prevenir y/o tratar muchas condiciones de salud física y mental (Powell. 2018). En este documento
explicamos cómo aprovechar el poder de la actividad física para ayudar a
aliviar las consecuencias de la pandemia de coronavirus de cuatro maneras:
Primero, la actividad física tiene el
potencial de reducir la gravedad de las infecciones por COVID-19. Esto está
relacionado con lo que sucede en los pulmones durante una infección. El sistema
inmunitario detecta el virus invasor en los pulmones y lo ataca. El conflicto entre el virus y las células inmunes
crea inflamación. Esa inflamación causa daño al tejido pulmonar que interfiere
con la respiración y puede volverse lo suficientemente grave como para requerir
intervenciones médicas, como ventiladores mecánicos.
¿Cómo es esto
relevante para la actividad física? Cuando se
está activo, los músculos producen compuestos que mejoran el funcionamiento del
sistema inmunitario y reducen la inflamación (Hojman, 2017).
Por lo tanto, la actividad física fortalece los dos procesos
biológicos que reaccionan a la infección. Debido
a que los músculos representan el 30-40% del peso corporal, pueden ser un
poderoso aliado para combatir el impacto de la infección, pero solo cuando se
usan los músculos. La actividad física de intensidad moderada, como caminar,
tiene el mejor impacto, pero el ejercicio vigoroso extremo, como correr un
maratón, reduce temporalmente la función inmune (Nieman & Wentz, 2019). El
potencial de una mayor actividad física para reducir la cantidad de personas
infectadas que requieren hospitalización y el uso de ventiladores podría ayudar
a reducir el grado en que los sistemas de atención médica se ven abrumados por
los casos de infección grave.
En segundo lugar, la
actividad física es efectiva tanto para prevenir como para tratar enfermedades
cardíacas, diabetes y ocho tipos específicos de cáncer (Powell, 2019),
los cuales aumentan el riesgo de enfermedades
graves y muerte entre las personas infectadas con el coronavirus. Aunque
la actividad física es ampliamente recomendada por las autoridades de salud,
los esfuerzos para promover estilos de vida activos son mínimos (Reis, 2016).
Ahora tiene sentido alentar a las personas, especialmente aquellas con
enfermedades crónicas, a que sean moderadamente activas antes de enfermarse,
para reducir la gravedad de la enfermedad después de la infección. Debido a que la actividad física tiene efectos
inmediatos sobre el funcionamiento inmune y la inflamación (Hojman,
2017), similar a tomar un medicamento diariamente, las personas pueden reducir
su riesgo de infecciones virales graves y el riesgo de múltiples enfermedades
crónicas simplemente intentando cumplir la recomendación de actividad física de
150 minutos a la semana de actividad física moderada aeróbica (podría cumplirse
con 30 minutos diarios de actividad física en la casa o dando un paseo corto).
No es demasiado tarde en la pandemia para que las personas se beneficien de aumentos
moderados en su actividad física.
En tercer lugar, los síntomas de estrés
aumentarán a medida que continúe la pandemia, debido a las amenazas para la
salud, la pérdida de empleo, la reducción de
ingresos y el aislamiento social. Afortunadamente, estar físicamente
activo tiene importantes beneficios para la salud mental, y alentar a las
personas a estar activas podría ayudar a muchos a sobrellevar el estrés
continuo y evitar enfermedades psicológicas. Cada
sesión de actividad física reduce los síntomas de depresión y ansiedad
(Basso, 2017), por lo que estar activo todos los días puede ser un antídoto
parcial para el estrés de la pandemia. Para las personas que ya sienten
angustia, estar activo es tan efectivo como los medicamentos y la psicoterapia.
Cuarto, la respuesta del cuerpo al estrés
psicológico crea desequilibrios entre el cortisol
y otras hormonas que afectan negativamente el sistema inmunitario y la
inflamación. Por lo tanto, el estrés psicológico afecta los procesos biológicos
subyacentes de la infección COVID-19, pero la restauración del equilibrio de
cortisol es otro mecanismo por el cual la actividad física beneficia la
inmunidad y la inflamación. Las estrategias más efectivas para mejorar el
equilibrio del cortisol son la actividad física y el manejo del estrés (Adam,
2017). Debido a que las personas mayores han
alterado la fisiología del cortisol y los sistemas inmunes más débiles,
la actividad física puede ser particularmente importante para esta gran
población con alto riesgo de COVID-19.
Se necesita
acción para aumentar la actividad física durante la pandemia de coronavirus Las
acciones más importantes ahora son reducir la propagación del coronavirus a
través del distanciamiento social, lavarse las manos con frecuencia y evitar
tocarse la cara. Pero, debido a sus múltiples
beneficios, la actividad física no debería ser una ocurrencia tardía durante
esta pandemia. Estar activo debería ser una recomendación clave. Las
personas necesitan saber sobre las acciones que pueden tomar para ayudar a
reducir el riesgo de infecciones graves y reacciones estresantes a la pandemia.
La proporción de
habitantes de nuestro país que realiza actividad física insuficiente alcanza,
en promedio, el 41,6 por ciento. El
sedentarismo aumenta aún más entre las mujeres: llega al 45,3 por
ciento, mientras que los varones que no hacen ejercicio son alrededor del 37,6
por ciento. (Encuesta Nacional de factores de Riego, 2019)
Es recomendable
comenzar de inmediato los estudios sobre el impacto de la actividad física regular
en la gravedad de la enfermedad entre las personas infectadas por el
coronavirus. Un estudio importante sería evaluar la actividad física en el
momento de la prueba COVID-19, luego hacer un seguimiento de los pacientes para
determinar si la actividad reduce la gravedad de la infección y mejora la
supervivencia. Pero la acción no necesita esperar un estudio. La actividad
física ya es casi universalmente recomendada, y hay mucha evidencia de que la
actividad física podría contribuir tanto a reducir la gravedad de la enfermedad
COVID-19 como a mejorar la calidad de vida antes y después de la infección. Lo
que falta es un esfuerzo concertado para implementar algunas de las muchas
intervenciones basadas en evidencia.
Nos han motivado
las historias que vemos en los medios de comunicación, las publicaciones y
mensajes de Nuestros Alumnos que alientan a las personas a mantenerse activas
durante la crisis actual.
Nos complace que se haya fomentado la
actividad física como parte de las órdenes de cuidado en casa. Nos da mucha
energía saber que podemos seguir brindando cualquier tipo de actividad física
en la casa de cada uno y esto es excelente para la mente y el cuerpo en
movimiento.
La doctora del
Hospital Municipal Graciela González Prieto y el médico deportólogo Carlos
Carrizo dialogaron con La Nueva. sobre el uso del
tapabocas durante la actividad física, que el próximo lunes estará habilitada en Bahía Blanca de forma individual.
González Prieto indicó que la actividad con tapabocas "es una
exigencia mayor porque la oxiginación no es la misma que cuando uno tiene
la cara descubierta; por eso se recomienda que la gente empiece de
forma gradual, no al mismo nivel que tenía hace dos meses".
La
médica señaló que es importante que tanto la intensidad como la
duración del ejercicio sea menor en comparación a la actividad
realizada antes de la pandemia. Y remarcó que es vital respetar las
distancias recomendadas.
"El distanciamiento social que tenemos
es de un metro y medio a dos. Pero para caminar tiene que haber entre una
persona y otra una distacia de 4 metros, para correr de 10 y para andar en
bicicleta de 20", detalló la profesional.
Y
agregó: "Siempre las actividades tienen que ser individuales,
de ninguna manera se tienen que hacer en pareja o grupo".
La
médica también indicó que hay que respetar el uso de tapaboca o cuellito, tal
como indicaron las autoridades municipales. E hizo hincapié en que, como la
oxigenación no es la misma, hay que estar atentos a las manifestaciones del
cuerpo para saber hasta dónde hacer y que la actividad sea saludable.
"El uso del barbijo, tapaboca o cuellito complica la oxigenación
entonces el cuerpo no va a tener lo que necesita para una demanda intensa
y eso arriesga a que aparezcan algunas manifestaciones clínicas como pinchazos
en las piernas que pueden hablar de una fatiga muscular, mareos o desmayos, que
es lo que uno tiene que evitar. Pueden correr pero tienen que bajar la
intensidad del ejercicio: hay que escuchar las señales que manda el
cuerpo (fatiga, cansancio, hormigueo en las piernas) e ir reduciendo
la intensidad", sostuvo González Prieto.
También indicó que "el cuellito es de un material diferente, más
poroso que el algodón, por lo que puede resultar más cómodo para quien corre.
El algodón también se humedece por el mismo sudor y complica más la
respiración".
Por su
parte, el médico deportólogo Carlos Carrizo coincidió en que la
actividad debe ser "moderada, del rango regenerativo a subaeróbico" para
poder cumplir con la norma exigente sobre el uso del tapabocas.
"El tapaboca es usado en algunos clubes o atletas individuales para
aumentar el rendimiento físico, como Boca, River o Estudiantes. El resultado de
esto es que produce una asfixia y con esa asfixia el cuerpo te responde con una adaptación; es
una supervivencia del cuerpo, mejor ritmo cardíaco, aumento de la oxigenación,
entre otras cosas. Esa adaptación que se da entre 15 y 30 días logra que
los deportistas tengan una mejor performance", explicó el especialista.
Sin
embargo aclaró que "en la gente común, que no tiene alto rendimiento,
puede ser peligroso porque el cuerpo se sobreexige, además de que los cuerpos
estuvieron en sedentarismo por la cuarentena y es más difícil que podamos
soportar estas medidas para hacer una actividad física".
Dr. Carrizo Carlos mp2856 Médico Esp. En Deportologia
y Nutricion